"un restaurante muy peculiar. No hay carta (sin precios) y está en una casa particular. en primera línea de playa, todo muy agradable y sordo, con jardín para tomar el aperitivo y los niños pueden limpiar. la comida AB-SO-LU-TA-MEN-TE espectacular. almendras fritas para picar y un búho de bacalao para cada muy esponjoso y sabroso. una ensalada con pera al vino, estilton, jamón, hojas verdes. crujiente, sabroso. tan simple y tan rico. luego sepionet en cama de puré de berenjena con ajo y espinacas. una muy buena realización y arroz, qué arroz. con langosta. seco pero ligeramente meloso. Muy bien. También sirvieron cabezas de langosta. y ya el postre con tan cortado de nespresso: tartas boniato, pastel de chocolate y helado con mango. una lucha de opiniones por cuál de los tres era más rica. y regalos, algunos limones del jardín. Maravilloso. pero dos grandes palos, el precio, 3 adultos y niños pequeños, 216,50 euros. 50 euros de racion de arroz. el precio no era alto, pero la comida merecía. Pero por sorpresa, y segundo, sólo en efectivo. menos mal que, por casualidad, entre los tres, rascando nuestras carteras, logramos recoger la suma. y por cierto, poca elección de vinos y cavas, pero todo bien, para entender."