"¿Que pensarías de un bar/restaurante (mejor, antro) (busquese la definicion), en cuya carta se anuncia el arroz montañés a 9 euros por persona y tu lo encargas para 8 personas y a la hora de pagar te encuentras que han hecho un arroz para 10 y te lo cobran a 14 euros? ¿Que harías tu? Lo más inteligente es avisar al camarero para que corrijan el error pero ¡no! ¡que torpes! Nosotros pagamos , luego, al darnos cuenta del error fuimos a hablar con el encargado/dueño de tan desgraciado establecimiento. Atencion. Al mencionado señor se le ocurre decirnos tendrían que haber preguntado . Así es. ¿Para que confiar en lo que dice SU carta? Tenía razón el individuo, ¿como se nos ocurre fiarnos? Pues porque cuando uno va a comer espera no toparse con semejante maleante. Con un aspaviento nos despacha y dice que pongamos la queja si queremos (esto, después de haberle argumentado que se estaba equivocando), al mismo tiempo, una camarera, con una sabiduría infinita (entiéndase la ironia) (el paréntesis anterior es exclusivo para dicha profesional, para que lo entienda) nos espeta (no me refiero a la técnica culinaria malagueña) (lo mismo) llevamos 3 años abiertos poned las reseñas que querais . Así tal cual. Al margen de esta escena que os describo y, compartiendo lugar y tiempo, un muchacho de amplia experiencia, también empleado del negocio se lamenta de un error lo comete cualquiera . Al preguntársele que de quien era el error, el imberbe, dice: nuestro . Se le dice que, entonces, nos devuelva el dinero fraudulentamente cobrado y responde con un silencio atronador. Se marcha cabizbajo y se pone a recoger mesas mascullando entre dientes como se pone la gente por 5 euros . Y así, continúa pataleando. Nosotros no dábamos crédito a semejante escena. Busque a Buñuel, por si estaba filmando cretinos. Y hacemos una pausa para multiplicar: 8 comensales por 9 euros 72 10 comensales por 14 euros 140. Es decir, reconoce su error, pero no lo corrige. Inaudito. Lástima de el. Resulta que es socio de semejante aberración. Esta fue nuestra aventura en tan prestigioso garito. Nos fuimos de vacío. Ellos se quedaron nuestro dinero pero no saben lo que podrían tener siendo honestos. Se conforman con la estafa, el engaño, la bajeza. Si tenéis dudas, disfrutad de sus respuestas. Ese es su estilo. Consejo: no abuseis tanto del biberón. Que manía tienen por redecorar los platitos con salsas de bote."
