"El restaurante Les Eres reabrió sus puertas en marzo de 2018, después de que los antiguos propietarios, la familia Colom Muñoz, decidieran echar el cierre tras casi 50 años al frente del negocio, como consecuencia del desvío de la carretera N-344 a su paso por el conocido restaurante de La Font de la Figuera. Nadie esperaba que fueran a abrirlo tan pronto, pero Paco Ferrándiz y Vicente Cirugeda, dos empresarios inquietos, se hicieron cargo hace año y medio de la nueva gestión del restaurante Les Eres, con notable éxito. Ferrándiz ya viene bregado en el campo de la hostelería y la restauración. Llevó durante 8 años la Font'da y trabajó en Mauros y en el restaurante Las Arenas de Navalón. Les Eres mantiene el mismo espíritu gastronómico de comida casera que le hizo famoso. Solo ha cambiado el horario. Ahora no abren por las noches como antes, salvo el sábado y cierra el miércoles por descanso del personal. El restaurante Les Eres sigue ofreciendo una amplísima y suculenta carta de primeros y segundos platos. Sobresaliente el gazpacho manchego, que sigue a pies puntillas la receta de Consuelo, la madre de Paco, con carne de caza como liebre o perdiz y no de granja y el arroz al horno. Las cámaras de À Punt estuvieron en el local ,grabando un concurso de arroces para el programa Cartes en joc, donde acabaron terceros. Sabrosos platos de cuchara como: potaje de garbanzos , caldo con pelota o lentejas, conforman una oferta culinaria muy apetecible en estas fechas casi otoñales. Menú diario a precios más que razonables, por poco más de 10 euros comes como un marajá. Los postres son caseros. Excelente la tarta de chocolate, la crema catalana o las natillas. Les Eres mantiene la misma decoración rústica de antaño, que le dan un toque acogedor. Las raciones son copiosas y abundantes. Nadie se queda con hambre. Sábados y domingos a medio día, el local está a reventar de gente, por lo que conviene reservar mesa sino quieres hacer cola tras el mostrador o resignarte a comer en la barra. Si no quieres menú, sirven buenas tapas. Dispone de terraza, amplio párking y cámaras de vigilancia. Somos muy exigentes en la comida, si nos sirven un plato en mal estado o que no nos gusta, enseguida protestamos y pedimos al camarero que nos lo cambie, pero cuando nos sirven un café imbebible, todo vale. Da igual si está insípido, mal molido o tiene exceso de agua. Aquí el café sabe a café y no a aguachirri. Triadvisor, la nueva biblia gastronómica, que se nutre de reseñas de usuarios, que igual te eleva a los altares como te hunde en el infierno, le concede un notable alto. La carta de vinos se limita a vinos de la zona: Bodegas Arráez, Cooperativa La Viña, apostando por caldos de la zona. Servicio muy profesional y atento. Trato familiar. Muy recomendable."