"No hicimos uso del servicio de hotel, solo restaurante. La comida de mejor a peor, sin suspender en ningún plato. Comenzamos con media de surtido de quesos, muy buenos y abundante. Acompañados de pasas y nueces. Seguimos con unas croquetas de rabo de toro, que nos resultaron curiosas por qué se acompañaban con una salsa. Muy ricas y la salsa también. Seguimos con unas berenjenas con miel. Muy ricas, aunque el tipo de miel no era el que más le pega a este plato. Una miel de caña aporta más sabor que una miel (no se si de flores). Los principales, un abanico ibérico muy bueno, aunque una de las tres porciones estaba mal hecha, al menos una mitad de este trozo. El potaje, una presencia de 10, aunque al caldo le faltaba algo de sabor. Los postres para nuestro gusto lo más flojo. Una tarta de queso aflanada, no me hizo mucho chiste, y una tarta de cacao, tampoco deslumbró. La atención de 10, y el lugar, junto a la chimenea fantástico. Volveré seguro."