"Excelente restaurante, no sólo por su comida, de calidad Suprema, sino por el personal, ambos, de trato exquisito. Abel, con quien más tratamos, fue quien, hace semanas, nos invitó a ver la Carta a pesar de haber almorzado en otro lugar. Fue tal su simpatía y entrega, que prometimos volver para comer allí, ya que se nos quedó marcada en la retina la promesa de la Tosta de huevos Benedict, uno de mis platos favoritos. Hoy llegamos a la hora del brunch y nos permitió comer dicho plato y una limonada casera. Ambas viandas estaban espectaculares. Pedimos, también, buñuelos de pollo, porque nos entraron por la vista, pero al terminar los huevos Benedict no me cabía nada más y fue súperamable (en todo momento, conste) y nos los metió en una caja para llevar con una tarrinita con la salsa, para disfrutar del plato completo en casa. En la parte de abajo tiene en terraza y algunas dentro, sillas y mesas altas, pero, al final de una escalera, está el Salón que le llamaría oasis de esa parte del centro. Apenas había ruido y el ambiente es muy agradable. Superó nuestras expectativas y volveremos por el excelente trato recibido y la comida tan estupenda. Nos vamos a convertir en clientes fieles. Lo auguro. ¡Merece la alegría, os lo aseguro!"