Trujillo
Restaurante Bar Sandra

Restaurante Bar Sandra

Niza Moviles, N-521, 10200 Trujillo (Cáceres), Spain

Europeo • Brocheta • Mariscos • Vegetariano


"Lo siento, pero mi experiencia con este restaurante-bar es negativa. Y desagradable. Sólo el recordarla me vuelve a producir arcadas. Me surge quedarme a cenar en Trujillo y la cafetería Sandra está al lado de donde he aparcado el coche, así que entro a ver qué tal. Hay frité de colas de cordero, a 8.5 euros la ración. El plato lo anuncian como algo excepcional, han puesto varias hojas impresas en varios puntos de la pared. Me decido a probarlo...en mala hora. Llega la ración hirviente sobre una cazuelita de barro, y al instante un hedor desagradable inunda la mesa. Huele como a orines, un olor sútil pero intenso a la vez, como si hubiesen hecho la gamberrada de orinar sobre el caldero al cocinar el plato ¿Será que los rabos huelen así? No sé...Por fin me decido a meter el tenedor. Tiene un sabor picante, es una carne de gusto entre insípido y desagradable. Y aquello no se parece en nada al rabo de toro o cerdo que he probado antes, a pesar de que visualmente es bastante similar. Huelo el hueso del trozo de rabo que he comido. Me inunda súbitamente un olor repulsivo y sospechósamente familiar. Un olor que cualquiera conoce. Carne en descomposición. Llamo a la camarera. Con todo el tacto del mundo, porque entiendo que es algo que puede pasar, le digo que el plato me sabe raro, evitando decir claramente lo que estoy pensando. No lo ha probado nunca, así que no me puede decir, pero se lo lleva a cocinas a ver. Vuelve con el dueño: es que es un plato que es así, con un sabor que procede de que los rabos se cocinan sobre las brasas y de ahí que estén un poco picantes, que lo han ofrecido a mediodía y que está bien cocinado pues en todas las mesas lo han comido sin problemas... En fín, me convence, será eso, que sabe así y huele así por el pase previo por las brasas. Me habré imaginado el olor a descomposición, será cosa de la sugestión. Vuelvo a intentarlo. Como un par de trozos más...el sabor es MUY desagradable. Yo, que como de todo, con eso no puedo. No es posible que ese sabor guste a nadie. Y ahora que ya se ha enfriado, el olor a descomposición es aún más intenso. No me quedan ya dudas. Habrán dejado la cazuela fuera de la nevera a mediodía, y el plato se les ha pasado. Cuando la camarera viene a recoger la mesa, se encuentra el plato de rabos intacto y me pregunta. Le vuelvo a decir que el gusto me parece muy raro, que seré yo que no entiendo el sabor de ese plato, pero que si puede comentarlo en la cocina y que lo prueben...porque me parece muy extraño que ese plato sepa así. Vuelve a salir el dueño, lamenta que no me haya gustado, y me dice que si prefiere que me saquen alguna otra cosa de carne en su lugar...rechazo la oferta amablemente, y le digo que no se preocupe. Que no había probado nunca antes el frité de rabos y que será que soy yo que no me hago con el sabor. Así es mejor, hay muchas mesas cercanas y están oyéndonos, y el hombre insistía mucho en que aquello estaba bien cocinado , evitando lo evidente de que ha entrado en descomposición. Tampoco quiero perjudicarle. Aunque los 3 trozos que me he comido me han estropeado la cena, y también me preocupa ponerme malo esa noche. En fin, cosas que pasan, y sé que no me lo va a cobrar, no hemos tocado ese punto pero se sobrentiende. Porque de seguro que lo han comprobado puertas adentro en la cocina y ya se han dado cuenta de que la carne se les ha podrido (ninguna duda tengo en esos momentos porque cuando el plato se ha enfriado ha empezado a oler mal de verdad, hasta un niño de unos 4 años lo ha comentado a su madre en la mesa de al lado tapándose la nariz durante largo rato porque no aguantaba el olor). Para mi sorpresa, cuando nos traen la cuenta, en la factura aparece el plato cobrado y bien cobrado: frité de colas de cordero 8,5 euros. Sabiendo que íbamos de paso por su local, pues nos lo ha cargado con toda su caradura, desapareciendo de escena convenientemente en el momento del cobro de la cuenta. Decido no protestar ni discutir con el camarero, no hay ganas y me quiero ir a dormir. Pero sr. dueño del local Sandra de Trujillo: EN LA ÉPOCA DE INTERNET, PIÉNSELO VD BIEN ANTES DE HACER ESTAS COSAS, PORQUE YA NO QUEDAN ENCUBIERTAS COMO ANTAÑO EN EL ANONIMATO DE LAS GENTES QUE VAN DE PASO. Ahora los usuarios nos defendemos comentándoselas a otros usuarios, para que no les pase lo mismo ¿Sus mal ganados 8,5 euros le valen la pena? Piénselo."