"Después de un año sin visitar este restaurante, regresamos con ganas de deleitarnos con sus platos de siempre. Pedimos la carne por encargo para asegurarnos que tendría, pero muchas veces no ha hecho falta. Solo que te arriesgas a tener que pedir otra cosa sino le queda. Pedimos cochinillo y cordero. El cochinillo estaba espectacular. No me iría hasta Segovia teniendo este restaurante aquí. Perfecto por dentro y piel churruscada. La oreja quemada, de no protegerlas como hacen en otros lugares. El cordero un poco seco. Los que suelen pedir este plato, pues un tanto normalito. Otro plato, este no lo habíamos pedido nunca, fueron las migas. Contundencia y alegría. Se dejó comer. Yo no lo probé, pero la persona que lo pidió no dejó ni una miga Entrantes ya conocidos como los crujientes de morcilla, alcachofas y croquetas. Las alcachofas y los crujientes de morcilla . Las croquetas son distintas a las del año pasado, peores la verdad, y ni parecidas a las que hubo en su día años atrás. Soliamos decir....... Vamos donde las croquetas. De bebidas, agua, acuarius y cerveza. Todo 236 euros 5 comensales. Fue un poco lenta la salida de la carne y al final estuvimos 2 horas. No lo indicamos porque tuviéramos prisa, sino porque el hambre se pasa con tanta espera. Con mi buen saque terminé el cochinillo y cordero que habían dejado los demás Postre no hubo hueco. Tenemos pendientes los arroces. La dueña, junto al chef, está atenta a todo y siempre amable y sonriente. Así da gusto comer tan bien y con tan buena atención."