"Es la segunda vez que vamos y nos ha vuelto a gustar mucho. La atención es muy cuidada, el trato agradable, la espera entre platos también perfecta y los productos son de alta calidad. No hay elaboraciones sumamente complejas. Es cocina con sabores intensos y elaboraciones relativamente sencillas, pero se nota que la materia prima es de calidad. La carta de vinos también está seleccionada con mucho gusto. Pese a no ser muy fan de los mejillones, probé el pastel de mejillones y estaba delicioso. Pedimos 3 medias raciones y un plato principal para dos, ya que nos gusta probar muchas cosas diferentes. Ofrecer medias raciones es definitivamente un acierto! Los postres tienen un precio muy adecuado en comparación con los exagerados precios actuales de la mayoría de establecimientos, lo que hace que te lleves una doble grata sorpresa al probarlos. La tarta de queso, insuperable! Para mi gusto el único punto negativo es el ambiente demasiado iluminado y un poco clínico del local. No me parece super acogedor, aunque esto sea quizá una cuestión de gustos, me agradan más los sitios con una luz más ténue y un poquito menos minimalistas. Da un poquito la sensación de ´sala de espera¨ en la que hay que comer callado. Pero digo de nuevo que por el resto, todo genial."