"Fuimos porque habíamos visto alguna foto en un portal de recomendaciones y tenía buena pinta, pero no nos esperábamos lo que encontramos... Pedimos una tosta de solomillo. Increíble, tierna, sabrosa, riquísima. Luego pedimos una sepia y una tortilla de Bacalao. La sepia estaba buena, tersa y bien planchada, no hay mucho más que añadir, cuando el género es bueno... pero la tortilla, madre mía que cosa más bien hecha, y ese ali-oli casero, bueníííísima. Y ahí habría quedado todo, si no hubiésemos pedido postre. Torrija caramelizada con natillas. Pecado divino por el que iría al infierno. Espectacular!!!! Además, el trato genial, el personal majísimo. Me llevo un recuerdo genial, y aunque lo veo dificil, esa torrija se merece que vuelva."