Rincon De Paco - Menu

Un bar de toda la vida, con la cocina de antes y cosas nuevas muy apetecibles.

Somos turistas hemos comido bien a buen precio tiene dos terrazas muy agradables una con vistas al castillo

Buena comida a bue. Precio Buen servicio. La terraza de arriba merece la pena. Comimos dd tapas y todo muy bueno

Calidad precio muy bueno. Bar de toda la vida .Buen servicio muy amables una terraza espectacular el mejor sitio de Caravaca sin duda .

Sin duda un sitio genial , la comida buenísima , el sitio es acogedor y las camareras y camareros muy amables y atentos y los dueños unas personas maravillosas

Bien de precio pero algo irregular. Hay platos bastante correctos, marinera, sepia a la plancha, pisto, caballitos, y otros no tanto, oreja bastante dura, y rin-ran algo seco e insípido. El personal muy amable.

Consultamos google para comer antes de ir al museo de los caballos.Nos indicó este bar de solera.Sepia buenísi ma,ensalada de tomates tomates , empanada de boquerones y unas habas de muerte.El servicio muy amable y empatico aconsejándonos platos .Recomiendo

Fuimos a pasar el día por la zona y nos sorprendió que en varios restaurantes no nos atendieron sin darnos muchas explicaciones. Entonces llegamos aquí y un señor con bigote del equipo del restaurante 33 nos dijo que no podía atendernos, pero aún así yo entendí que una coca cola nos podríamos tomar, y entonces el encargado, más joven y con un pinganillo, nos atendió y nos explicó que la cocina iba a tope y que podíamos pedir lo que quisiesemos de la vitrina. Pedimos, la torta de boquerón, croquetas, pulpo, etc y estaba todo buenísimo, la comida buenísima, pero lo que nos enamoró fue cuando vimos al señor del bigote devolviendo las sobras de un plato de Rin Ran a la fuente principal de la vit...

The reason for my above title is very simple, dear foreign visitor: speaking Spanish is essential if you are going to enter this restaurant as no one speaks any foreign language and the menu is not translated. This restaurant, and indeed the whole of Caravaca de la Cruz reminded me of my first trips to this country 25 years ago, when all activity in the streets ceased at lunch time, and the only place to take refuge from the intense midday heat was in a restaurant or a café full of the locals with whom back then I just could not communicate. Our experience here began in a great manner: two of our Spanish speaking party asked twice for the menu (written version), but this was given to us verb...